I
Ruido
en el silencio.
Ahora sólo queda ruido en el Silencio que harto de soledad deambula por
el mundo, toca puertas cerradas carcomidas por termitas.
Ahora
sólo queda un silencio viudo, huérfano que espera la mañana que no llega y en
la noche escucha el eco de sus versos melancólicos que lloran tristes la larga
despedida.
Ahora
sólo queda ruido en el Silencio que ensordece con gritos la memoria, que
tortura con balas de metralla y asesina con odio la esperanza.
II
Déjenme
entrar, gritó desde la puerta de la historia.
Déjenme probar
un último aliento de esperanza.
Déjenme
abandonado en esta calle, no toquen mis ropajes empolvados, no se manchen las
manos con miseria.
Déjenme
llenar de rabia los pulmones y vomitar frente a la burla de los mismos.
Déjense
llevar hacia el abismo, no pregunten, no intercedan, lo que usted será hace
tiempo que está escrito.