Aquí un fragmento de un texto que escribí al respecto hace unos años...
37 años después volvían a retumbar en la ciudad, los tanques,
explosiones y disparos, que otrora la
hubiesen destruido. Esta vez el canto del libertador, venía acompañado por el
tintineo de las campanas, que seguirían repicando eternamente sobre la plaza
mayor, sin que por ellas pasase el asombro de la muerte. El cielo estuvo teñido,
durante dos eternos atardeceres, por los contrastes del azul y el rojo que
hicieron de él vació. Desde el balcón de la casa del florero, emergió el humo
negro. La venda fue puesta ante los ojos y el país grito al unísono: Gol. ¡Que
cese el fuego!, fue el pedido. El Palacio ardió y con el pasar de las horas fue
llegando la noche, que con su manto lo cubrió todo de oscuridad.
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